Íbamos más rápido que el peligro

Decidio escribirse a la tercera persona. Esta idea nació en un momento de su vida muy particular. Se había vuelto dócil, con todas esas pendejadas que nos inculca La Pareja. (Re)Nació con un golpe de Hacha narcísico, años después, de todos esos años. La Loca, la Valiente, la Niña a quien no le importaba nada la salvó, de un destino demasiado liso, con demasiadas mentiras... de otros silencios.   La que lo quería todo, la que daba tanta caña que el mundo se las devolvió inexorablemente, en la puta cara. La pinche niña, hermosa, que andaba por las calles con una rabia tremenda, que pegaba hombres que se la querían comprar... una vez dijo que sí, no era para sentirse libre o valiente, ni siquiera era por el dinero. Era por pura curiosidad y también porque de verdad, esta noche oscura, no le importaba nada... había tomado heroína porque se aburría y porque es todo lo que quedaba en la mesa de sus amigas junkies. Ni siquiera era por el colocón. Eran las circunstancias del aburrimiento y las energías desperdiciadas de sus 16 años.

Son tantas las cosas que le quedan por escribir. Hay tanta luz y tantas cosas que se quedaron en el silencio. Como si lo oscuro de su vida había desaparecido...

No es que lo extraña, sino que escribió hace poco un testimonio sobre  violación a una asociación francesa y lo escribió tan fácilmente, que se dio cuenta de que lo escribió como si no se tratara de ella. Así que decidió utilizar esta técnica literaria para escribirse, entera.


Realicé con 16 años que no era mi culpa cuando una amiga que me contaba la violación que había sufrido me dijo: "El sabía que Tu no querías". Entonces empecé a ordenar todos esos pedazos y empecé a entender lo que me había ocurrido. Empecé a poner palabras y a realizar que los hombres definen nuestras realidades con las suyas. Y es exactamente esto lo que nos sumerge en el silencio.

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