Cherríe Chérie...
Sentir que me llama este libro, abrirlo al azahar.
"'¡Jódete jódete chinga'o, hombre, jodete!"
"Tina..." Casí no puedo oirme a mi misma.
"Tiny. Mi nombre es Tiny"
"¿Qué estas haciendo alli?"
"Estoy llorando, macorina. Esto es lo que quieres ¿no? Ver llorar a una mala puta. Bueno, vete a follar a otra parte."
"Yo no follo"
"¡Te falta un tornillo!"
Nunca he querido a nadie como he querido a Tiny. A nadie. A ninguna de esas blancas esbeltas ni a ninguna de esas señoras negras elegantes que abrían las piernas para mí y mi voz persuasiva. Había sangre en mis manos y no era de esas mujeres sino de la piel de Tiny. De la piel de mi barrio. Del Cha Cha, donde sólo podías ver mi culo cuando las estudiantes sofisticadas habían jodido con mi cabeza demasiadas veces. Eso es algo que Tiny hubiera dicho así. No estabamos destinadas a ser amantes, solo hermanas. Pero ser hermanas no es una ocupación a tiempo parcial.
"'¡Jódete jódete chinga'o, hombre, jodete!"
"Tina..." Casí no puedo oirme a mi misma.
"Tiny. Mi nombre es Tiny"
"¿Qué estas haciendo alli?"
"Estoy llorando, macorina. Esto es lo que quieres ¿no? Ver llorar a una mala puta. Bueno, vete a follar a otra parte."
"Yo no follo"
"¡Te falta un tornillo!"
Nunca he querido a nadie como he querido a Tiny. A nadie. A ninguna de esas blancas esbeltas ni a ninguna de esas señoras negras elegantes que abrían las piernas para mí y mi voz persuasiva. Había sangre en mis manos y no era de esas mujeres sino de la piel de Tiny. De la piel de mi barrio. Del Cha Cha, donde sólo podías ver mi culo cuando las estudiantes sofisticadas habían jodido con mi cabeza demasiadas veces. Eso es algo que Tiny hubiera dicho así. No estabamos destinadas a ser amantes, solo hermanas. Pero ser hermanas no es una ocupación a tiempo parcial.
Cherríe Moraga, La última generación, p.109
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