La Provence

Cuando hablo de "mi querido sur", hablo de la manera estupenda que tiene la luz al caerse sobre las piedras, hablo mucho del viento y de su musica en el cabello del trigo, de los colores que deja el ocre sobre la piel, del sol y del azur del cielo. Cuando hablo de la provence, hablo del azul, del azul de los montes, de los rios y de los ojos. Hablo mucho de los olores del espliego, del tomillo, del romero y del tila. Del atardecer y de las quemaduras del cielo encendido. Hablo tambien del acente occitan y de como su melodia despierta mi memoria.

campo de lavanda

Desierto del colorado provençal

Cuando hablo de la tierra de mis ancianos, nunca hablo de la alta tasa de paro, de la huida de los jovenes hacia las grandes ciudades, del abandono de la tierra, del machismo campesino, del alcolismo y del olor anisado que deja el pastis en el sudor de los hombres. Nunca hablo de los centros de ocios que contratan una mano de obra cada vez màs  barata, de los belgas y neerlandeses que compran la tierra que no podemos pagar, de la miseria sexual y del aislamiento... no hablo de mi trabajo temporero que no otorga derecho al paro, de la supresion de mi puesto, de los 600€ al mes que van a quitar por mes al proximo empleado, de la venta de nuestros derechos sociales a explotadores del "turismo social y de la familia".
No les  hablo de nuestras conversationes y de la huelga que preparamos...

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