EN VIE

"Si l'on accorde autant d'importance aux frontières, comme à la haine, c'est précisément parce qu'elles disparaîtraient si on ne le faisait pas."

Zoli, Colum McCann, p211.

  Hace un año llegaba en Chiapas. Se dice que no importan las fechas…yo tengo un reloj interno que me lleva en espacio tiempos bien definidos. No son recuerdos. Es como caminar otra vez por  la primera vez, sentir, ver y escuchar  al igual que un sueño, lo que fue.  Los Roms dicen que solo existen un principio, una mitad y un final de la vida desde la muerte… Es cierto... mi llegada en México fue un momento muy importante en mi vida. No tenia ni la puta idea de donde andaba, sin embargo, un camino se estaba deslizando por debajo de mis pies: el mío, y el de toda América.

  Legué en el D.F. el 26 de enero. Intentaba escaparme de un amor que ya sabía caduco pero que todavía llevaba en la piel… mas bien por debajo de las uñas. Quería investigar y enfrentarme con la muerte…o mas bien con la vida. La verdad es que me encontré en el corazón del mundo…en mi corazón.
Me acuerdo haber tomado este autobús sin saber a donde iba…las fechas académicas como pretexto. Uno de esos autobús caro “por si a caso”… Una carretera infinita con tantas turbulencias que era imposible encontrarse con el sueño. El sudor. El sudor por la mala ventilación, la exaltación y la ansiedad de este viaje.
Abrir los ojos y encontrarme en el cielo. Montes verdes. Altos. ¿Selva? Y nubes. Por debajo. Las nubes como el mar, guardianas del paisaje terrestre. Me habían dicho que San Cristóbal era “cool”. Yo sentí una opresión tremenda al caminar por sus calles tranquilas y coloradas. Algo muy fuerte me daba mucho pánico. Mi instinto el más animal me gritaba ”lárgate!” Pasé unos días intentando contactar el chavo con el cual tenía que trabajar en una pensión donde solo habían turistas blancos con los cuales ni quería conversar por miedo a  parecerles un poco (o mucho).

  No aguanté la miseria qu’ils s’acharnaient à ne pas voir. Sentía la Muerte tan fuerte que ni podía moverme sin emborracharme, vomitar y llorar. La verdad es que sentí con las yemas de mis dedos las paredes de la locura. El límite de lo sostenible sín perder (por suerte) el hilo de mi vida. No podía ser casualidad que todos los caminos que había tomado desde mi nacimiento me hayan llevado hasta este hoyo. No podía ser. No podía ser. Es lo que me salvo de la locura. La fé. Esta fé tremenda que tengo en la vida porque sé muy bien que si busco encuentro.
Y encontré. Mujeres tremendas. Ina, Nadia, Sofía... Gina. Me dio la bienvenida en la luz. Me enseño en pocos días en abrir los ojos. Creo que allí empezó mi viaje con los colores.

“En otra vida yo era Europeo y tu Indígena. Volveras, sé que volveras. Golondrina”

¡¡¡IN LA KECH!!!



"C'est bien, ma fille, de pouvoir s'attendre aux surprises. Ici une neige quasi horizontale peut tout recouvrir à tout moment - j'ai même vu des flocons l'été, suivis par la foudre en rafale et le noir. Il est si étrange que ma vie soit arrivée si loin, mais je suis ébahie d'avoir découvert tant de beauté."

Zoli, Colum McCann, p.289

Comentarios

  1. Muy feliz que este hilo al cual te agarraste te permití atravesar este túnel, vivir estos bellos encuentros mexicanos bella golondrina ...
    Y luego así como esto puedo también descubrir tu cielo ...
    Azul ...

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